Por fin puedo disfrutar de Final Fantasy
Fueron dos años largos, el tiempo parecía no avanzar y las noticias acerca de un posible lanzamiento en Xbox parecían cada vez más lejanas. Sin embargo, tras el Xbox Showcase, el hecho que parecía imposible sucedió y tanto Final Fantasy XVI como el remake de la séptima parte, llegarán a la consola de Microsoft, posibilitando así, la posibilidad de jugar a casi toda la franquicia gracias a la retrocompatibilidad. Sí, los juegos de la línea principal y algunos de sus spin-offs están alojados en Xbox, algo que, si nos lo decían años atrás, parecía imposible.

Animándome a comenzar
Final Fantasy, como franquicia, es una de las más longevas e importantes de la historia de los videojuegos. Quizá, como es mi caso, muchos no hayan crecido jugando a estos videojuegos, les parezca un poco ajena dicha experiencia, pero, con el tiempo, se transformó en gusto adquirido por el interés en explorar cosas diferentes. Cuando uno se imagina un buen RPG por turnos, piensa directamente en Square Enix y su capacidad de crear mundos increíbles y diferentes en cada entrega. Son 16 juegos complejos, con sistemas nuevos y con detalles que los dotan de características especiales.
Explorarlos a fondo podría ser una tarea maravillosamente interesante, sin embargo, no es algo que esté en mi radar por el momento. Además, cumplo con mencionar que, hasta ahora, solo he jugado Final Fantasy VII, XV y XVI, por ende, el factor sorpresa sigue intacto y cada vez que me arrimo a uno de estos juegos, salgo gratamente enamorado de sus personajes, historia y música. Final Fantasy es, por lejos, una de las óperas más bellas que tienen los videojuegos y tampoco hace falta jugar a todos para darse cuenta del poder que tienen.
En el caso de Final Fantasy XVI, debo admitir que desde el día que se anunció tuvo mi atención por completo. Era volver a la ambientación medieval que había caracterizado a la franquicia. Dragones, castillos, caballeros y la magia más pura que mis ojos han visto. Una de las cosas que más me llamó la atención era que el juego tendría una historia adulta, algo parecido a lo Game Of Thrones, según se había dicho.
No nos vamos a mentir entre nosotros, uno si ve lo que es Final Fantasy en sus orígenes podría pensar que sus tramas giraban sobre tópicos infantiles, pero la verdad es que si alguna vez pensaste eso, estás completamente equivocado. Temas como la muerte, la vida, el amor, el odio, la envidia son abordados con muchísima altura. Es tal el grado de complejidad sobre como se tocan los temas y la relación estrecha con situaciones cotidianas del usuario que el juego rápidamente puede llevarnos de un extremo emocional al otro. Este juego interpela constantemente con sus diálogos y con sus relaciones.

Bienvenido a Xbox, querido Square
Curiosamente, como bien mencioné en la introducción, el lugar donde se puede jugar a gran parte la franquicia es Xbox. Gracias a la retrocompatibilidad, tenemos al alcance de nuestras manos algunos de los juegos que salieron para la séptima generación de consolas. Pensar siquiera que esto podría ser posible era algo completamente fuera de lo común, pero, por cuestiones del azar y buenas decisiones, uno de los mejores lugares para jugar Final Fantasy es en la consola de Microsoft.
Recuerdo que, por el año 2023, se confirmó que Final Fantasy XVI tendría una exclusividad con PlayStation de solo seis meses y que, posteriormente, llegaría a PC y posiblemente a otras consolas en el futuro. Fue recién en junio de 2025 que, como un lanzamiento sombra, se liberó y aterrizó en la tienda de Xbox con la edición normal y la edición completa que incluye los contenidos descargables. Sin embargo, todo lo que rodea la cuestión ventas del título no han sido un éxito. Un exdirectivo de Square Enix cree que el lanzamiento escalonado y la exclusividad jugaron en contra del impacto que podría haber tenido en tiendas este nuevo título.
Tras una serie de informes de ventas y números, Square Enix se acerca, cada vez más, a los lanzamientos multiplataforma de sus franquicias estrellas. Es un paso entendible. Hoy por hoy la exclusividad -aun así sea temporal- puede jugar una mala pasada en cuanto a resultados instantáneos. No es siquiera negocio teniendo en cuenta lo que significa la producción e inversión en un videojuego triple A a estas alturas del campeonato. La mejor política que una empresa de renombre podría optar es siempre ir por los lanzamientos en todas las plataformas y, en caso de que sea necesario, hacer uso de los servicios como Xbox Game Pass o PlayStation Plus.

Una historia entretenida, íntima e increíble
Final Fantasy XVI gira en torno a una historia de reinos, tensiones territoriales y el cuento del heredero que resiste la condición de ser quien, en un futuro, deba comandar las tierras a la prosperidad. Poco a poco iremos conociendo las subtramas que rodean a la familia de Clive, nuestro protagonista y a personajes sumamente carismáticos como Cid, Jill y a nuestro fantástico compañero de cuatro patas, Torgal. Si bien me gustaría hablar sobre la trama principal y como se siente jugar algo de este estilo, me reservaré los spoilers para evitar sorpresas a quienes todavía estén jugándolo o quieran comenzar a hacerlo.
Quiero mencionar que el ritmo de la historia es correcto. Toma pausas donde corresponde y, por sobre todas las cosas, no se anda con mucha vuelta a la hora de empujarte de lleno a un mundo cargado de historia y conflictos. Una de mis mayores preocupaciones a la hora de jugar este juego era el perderme de los detalles, pero el juego soluciona ese temor con algo que todos los juegos deberían implementar. Si mantenemos el botón select accederemos a una pantalla donde, hasta la menor de las dudas, será respondida. ¿Qué es un portador? ¿Quiénes son los Sangre de Hierro? ¿Cuáles son sus tensiones? Todo aquello estará respondido con información necesaria para el momento.
Final Fantasy XVI a priori, podría sentirse como una historia de venganza, pero la realidad es diferente, porque durante las casi 40 horas que dura el título, iremos explorando el amor, la libertad y el convivir con una misión que nos fue heredada. Clive irá, a lo largo de la aventura, desenmarañando los conflictos actuales y, los que, en algún pasado, le quitaron el sueño. No busca la redención, no busca ser comprendido, pero si entiende que el mundo continúa girando y ahora, solo resta adecuarse a las nuevas reglas del juego para cumplir su misión: vivir y morir en libertad. Es una historia que nos hará sentir parte de ella, sorprendiéndonos cuando más estemos con la guardia baja.
Particularmente, el condimento emotivo del título, golpeó fuerte en mi. Supo hacerme encariñarme con cada personaje que fui conociendo a lo largo de mi aventura con Clive y hacerme sentir tristeza cuando los momentos eran bajos. Si tengo que ser honesto, desde Red Dead Redemption 2 no sentía un vínculo tan grande con un videojuego como lo sentí con Final Fantasy XVI. Es un juego que te hará sentir parte de él y siempre querrás seguir avanzando para saber qué pasa después de cada momento. Es, por lejos, uno de los videojuegos más interesantes que he jugado en 2025.

El combate, lo más… ¿polémico?
Final Fantasy se caracterizó, además de sus increíbles historias, por ser un título en el que se combate mucho. Desde 1987, el juego ya se animaba a incursionar en combates interesantes, por grupos y con sinergias útiles entre los miembros de nuestro equipo. La mayoría de títulos que salieron numerados, se ejecutaron en combates por turnos. Dinámicos y con diferentes curvas de dificultad, la estrategia que debíamos emplear para sortear los obstáculos no siempre era la misma. Del combate por turnos podíamos beneficiarnos con el tiempo. Aprender las debilidades y poder timear bien las habilidades especiales eran de suma importancia para poder llegar al siguiente con bastantes puntos de salud.
A lo largo del tiempo, el combate fue mejorando y tomando ciertas formas que lo comprometieron más con el público. Optimizar bien los recursos e ir subiendo de nivel para desbloquear más habilidades o mejorar nuestros puntos en estadísticas, dotó de más profundidad un combate que, a simple vista, parece sencillo. En gran parte, los esbirros más escuetos, no representarán un problema, pero cuando una invocación del tamaño del Burj Khalifa aparece, todo parece complicarse. El daño que recibimos es masivo y todo se vuelve un tira y afloja completamente estratégico donde tendremos que entender cuando atacar, cuando curarnos, ver si el enemigo es débil a algún elemento y optimizar bien nuestros límites para poder sobrevivir.
En cuanto al “polémico” combate de Final Fantasy XVI, que viró drásticamente hacia algo más parecido a un hack and slash que a un sistema empleado por turnos. Quiero decir que a mí, particularmente, me fascinó. Utilizando solamente a Clive Rosfield, y pudiéndole dar órdenes a Torgal, nuestro loboperro, nos dispondremos a pelear como si fuera un Devil May Cry contra todo lo que aparezca en pantalla. Me pareció un combate bien planteado y entretenido. A lo largo de la historia iremos consiguiendo más y más formas de darle nuestro toque personal al combate. Con habilidades que remplazarían de alguna forma a la magia, podremos explorar un sin fin de combinaciones útiles en el campo de batalla.
Quiero destacar que gran parte de mi interés, radicaba en que este juego se presentaba como más «sencillo» en cuanto al combate. No había que cambiar entre personajes, tenía un z-targeting y detalles que lo hacen bastante bueno al uso. Después de 2 años, el juego se mantiene vigente a los estándares actuales. Uno de los puntos más fuertes que tiene Final Fantasy XVI – y en casi todos los juegos de la franquicia- son los jefes y sus combates. Este título no escatima en darnos combates épicos, así sea contra una hormiga. Cada uno tendrá su forma de moverse y atacar, requiriendo que prestemos atención a los enfrentamientos, ya que un error podría dejarnos en coma. Cada vez que nos enfrentemos a los jefes viviremos a flor de piel cada momento de la pelea y eso, en gran parte, es gracias a su banda sonora.

Sigo tarareando el tema del fénix
Otro sello de calidad de los juegos de Square Enix son sus bandas sonoras. Palabras mayores es hablar de la música de Final Fantasy en general, donde Nobuo Uematsu supo brillar como una estrella en su mejor momento. No hay juego del sello donde la melodía no destaque o no se te quede impregnada en la memoria. Me pasó hace años con la canción que sonaba en el Reactor Mako, de Final Fantast VII y me volvió a pasar con XVI y el tema del fénix. Son realmente obras de arte clásico con un ritmo épico que evocan la sensación de ser un héroe que, como corresponde, debe salvar al mundo de su fin. En el caso del último juego numerado de la franquicia, el compositor fue Masayoshi Soken qué tambien sabe como destacar.
Con algunas reversiones de canciones clásicas para sentir la familiaridad, tendremos temas que mezclan diferentes ritmos dependiendo de las zonas en las que nos encontremos. Los bosques sonarán como bosques, así como los desiertos y las zonas cosmopólitas. Todo tendrá música especial para cada momento, pero si tuviese que quedarme con algo en particular, me quedo con la música que suena mientras combatimos contra los dominantes. Todo se volverá épico, habrán coros de voces cantando y haciendo arenga para que nosotros podamos luchar hasta el final. Creo que es lo más cercano que he estado a que alguien aliente por vos en algún lado.
Los momentos donde la ternura o la tristeza se hacen presentes tambien están cuidados musicalmente, pianos, voces y violines, en muchos casos, son los responsables de que podamos llegar a sentir mucha emoción durante esos momentos. la música de Final Fantasy XVI está a la altura de las entregas anteriores. Masayoshi Soken no tiene nada que envidiarle a Nobuo Uematsu. Estamos ante un juego que no solo narra con díalogos y guion, sino que tambien lo hace a través de la música, y la forma delicada en hacerlo es sublime. Una pieza de arte que, si no estuviera en un videojuego, podría ser parte de un museo.

Matar a dios, aunque nos cueste la vida
En este último párrafo habrán spoilers mayores de la trama del juego. Si no queres entorpecer tu experiencia, te invito a que saltes hasta el próximo título.
Final Fantasy XVI nos vuelve a recordar que nadie se salva solo, que todos podemos aportar en pos de una causa mucho más grande. Si bien durante gran parte de las horas iniciales estaremos movilizados por un sentimiento de venganza, en el desarollo iremos descubriendo nuestro pasado y como utilizarlo para ser más fuerte, incluso, cuando la situación ya de por sí es mala. Clive Rosfield, nuestro protagonista, está marcado de cerca por la pérdida de su familia, el haber fracasado con la misión de proteger a Joshua, su hermano menor, y con la inclaudicable empresa de vengar su muerte. Sin saber que él fue el responsable de dicho suceso.
Después del disparador inicial, nos veremos seguido de la misión más importante, destruir los Cristales Madre para frenar la plaga que golpea nuestro mundo, Valisthea. Allí, aparece la mejor versión de Clive. Un protagonista que confía en sus pares, que sigue velando por su interés, pero que se ha predispuesto en una lucha mayor que lo convoca. Guiado por Cidolfous, lider de los portadores refugiados, comprenderemos que la mágia de nuestro mundo es el gran culpable de todos los males. Tras la muerte de nuestro mentor, Cid, Clive hereda su nombre y su causa: luchar por destruir los Cristales restantes y la vida en libertad de los portadores.
Final Fantasy XVI es un juego que se sumerge en tópicos como la esclavitud, la discriminación, el héroe que planea salvar al mundo solo, pero que se da cuenta de que solo no se puede. Es un canto de amor a la familia, la fraternidad entre los pares y al cuidado de los nuestros. Por más de que no haya lazos sanguíneos, la familia es tambien quienes elegimos para luchar y reposar cuando estamos cansados y este juego nos acerca a esos conceptos de una manera espléndida, narrado de manera adulta y con muchísimos altibajos narrativos que nos harán desprender una lágrima.
Personalmente, luego de terminarlo, me quedé mirando la pantalla completamente desvastado. Por que aquél, quien en un principio solo tenía la misión personal de vengar a su hermano, había, por fin, salvado el mundo. Pese, a que en este intento, pierda la vida. Es un juego que me tocó extremadamente de cerca. Todos daríamos la vida por nuestra familia y nuestros seres queridos ante una situación compleja y Final Fantasy XVI nos enseña, una vez más, como una historia de castillos, dragones, seres de otro mundo y magia, puede ser una historia del día a día. Donde todos podemos hacer algo para salvar el mundo.

Conclusiones finales
Final Fantasy XVI no es un juego perfecto, si bien este hack & slash con elementos de RPG brilla mucho en los temas que narra y en como se juega, algunas cosas, como las misiones secundarias y contenidos extra del videojuego dejan que desear. Las quest secundarias, en su gran mayoría constan de hacer recados sencillos, que, de alguna manera u otra, complementan el world building del juego, no así nuestro rol en él. En algunas tendremos que eliminar enemigos que molestan en una aldea, en otros buscar flores para tal persona y así. Estas misiones son completamente optativas, pero si querés pasar un tiempo más con el juego, son una de las pocas formas que tenemos para hacerlo.
En cuanto a la línea principal de la historia y como está estructurada, hay momentos donde el nivel de ritmo baja. Pero no lo hace en cuanto a lo que cuenta, sino a que hay momentos donde las misiones son las típicas de un MMO que en gran parte tiene sentido, ya que Final Fantasy XVI está dirigo por Hiroshi Takai y producido por Naoki Yoshida, quienes desempeñaron roles similares en Final Fantasy XIV. Quitando esos detalles minúsculos, este juego es un título que recomiendo abiertamente a todos aquellos que tengan ganas de iniciarse en una de las franquicias más épicas de la historia y dejarse llevar por una campaña adulta y bien contada.
Quedará en mi memoria un juego que me animó a sumergirme en una aventura larga, épica y tiernamente contada. Pude acercarme a muchas sensaciones increíbles jugando Final Fantasy XVI y espero que, en un futuro, pueda volver a jugarlo con la misma ilusión que con la que lo comencé.
En resumen:
Aspectos positivos:
- Historia
- Banda sonora
- Protagonista y personajes secundarios
- Combate
- Villanos
- Graficos
- Construcción del mundo
- Gráficos
Aspectos negativos:
- Misiones secundarias
- Misiones que cortan el ritmo
- Framerate por momentos inestable
Nota final: 9,5/10
Final Fantasy XVI se transformó en mi juego favorito del 2025. Tuve que esperar 2 años para poder disfrutarlo y creo que cada momento que pasé junto a él valió completamente la pena. Aproveché mis tiempos libres para poder encontrarme con un título que me demostró, una vez más, que los videojuegos son arte. No hay dudas de que si mi memoria fuese borrada, el primer título que volvería a tocar sería este. Gracias por tanto Clive y Square Enix. Esperaré ansioso sus próximos movimientos que, ojalá, sea Final Fantasy XVII.