Doom ha vuelto y lo ha hecho mejor que nunca
Gracias a Bethesda Latam hemos podido jugar anticipadamente a Doom: The Dark Ages, el nuevo videojuego de Id Software. Funcionando como precuela, este nuevo título nos lleva de regreso a los FPS más frenéticos y violentos que siempre esperamos por parte de la franquicia y, esta entrega, no decepciona en absolutamente nada. Plagado de demonios, secretos y cosas por hacer, este nuevo Doom se posicionó como uno de mis juegos favoritos del año.

¿Dashes? No, no los necesito
Volvemos a luchar contra demonios después de 5 años de haber salido Doom: Eternal, un videojuego que fue mucho más frenético que el reboot del 2016. Eternal es considerado por los fans como el mejor título de esta nueva era de la franquicia, y Doom: The Dark Ages solo debía continuar por esa línea para darle un producto de calidad al usuario. A la pregunta de que si el nuevo Doom es igual que Eternal debo ser honesto y decirles que no. No está ni cerca de tener ese ritmo tan acelerado que nos dio el juego del 2020. Pero ojo, eso no es malo y, al contrario, Doom: The Dark Ages sabe como redefinirse nuevamente.
Volviendo a la filosofía del Boots on the Ground y con menos zonas de plataformeo, Doom: The Dark Ages se siente más frenético. Sí, podría ser impensable que un juego donde no hay dobles saltos o deslizamientos rápidos para moverse es más rápido que un juego que si los tiene. Sin embargo, gracias al buen diseño de niveles y herramientas nuevas que el juego nos brinda, podemos hacer que esta experiencia se sienta similar y superior que a la de Doom: Eternal. Debo decir también que un poco me alegra que The Dark Ages no sea tan alocado como su precuela.
Ahora, donde más brilla The Dark Ages, es al momento de presentarnos las arenas donde combatiremos. Antes, resultaba más sencillo acercarse a los bordes y tener controlado de que los demonios solo aparecerían frente a nosotros. En el nuevo Doom ese “control de enemigos” desaparece, porque nos veremos en escenarios de 360°, donde hasta el rincón más pequeño podría aparecer un Mancubus y asesinarnos rápidamente. Si bien ya era importante moverse en los juegos anteriores, Doom: The Dark Ages nos obliga a hacerlo mucho más rápido y con cierta precisión para evitar tomar daño. Podría decir que este nuevo juego es más un «bullet hell» que otra cosa y eso, para mí, es buenísimo.
Aprovechar los escenarios grandes y llenarlos de enemigos cada vez más fuertes es algo que me ha hecho acordar de Ninja Gaiden 2 Black, un juego que nos permitía respirar, pero que, cuando debíamos combatir, toda nuestra concentración tenía que estar puesta en ese momento. El nuevo Doom toma un poco de eso y lo lleva al siguiente nivel. Mientras más sigamos avanzando en el juego, más enemigos saldrán y muchos de los jefes que a priori parecían ser complicados, aparecerán como enemigos normales. No saben lo frustrante que es pensar que llegaste al final de un combate sin munición y vida y que, de repente, spawnee un Cyberdemon dispuesto a hacernos llorar.

Las mecánicas detrás del nuevo Doom
Este juego repite el uso de herramientas para recuperar vida y munición, pero en Doom: The Dark Ages se siente mucho más orgánico que antes. Obviamente que, durante los escenarios, varios consumibles estarán dispersos por el mapa para hacer uso, pero su disponibilidad es completamente limitada. Es por eso que tendremos que recurrir a nuestro ingenio para poder llegar al final. ¿Cómo lo hace el nuevo Doom? Sencillo, porque tanto si necesitamos vida como munición, durante los combates aparecerán enemigos débiles a los que podremos explotar y sacar el jugo. Sí necesitamos vida, con dispararles nos la dropeará en pequeñas cantidades. Si el caso es la munición, con un golpe a melee nos dará algunos cartuchos para la escopeta.
Si bien no es una cantidad de vida como para curarnos al 100%, servirá para poder aguantar hasta que podamos eliminar a ese enemigo más fuerte. Disponer y elegir cómo obtendremos los recursos de los enemigos, es buenísimo. Si llegásemos a necesitar armadura, equipando la escopeta base con una mejora barata, podremos hacer que, por cada disparo, los enemigos suelten cierta cantidad de fichas de armadura. Sin embargo, no es que todos esos demonios débiles aparecerán frente a nuestros ojos, tendremos que ir buscándolos, lo cual, hace que el movimiento por el nivel sea realmente importante.
Una de las mejores cosas que tiene Doom: The Dark Ages es la implementación del escudo, una nueva herramienta que modifica el gameplay en su totalidad. Este nuevo añadido nos permitirá cubrir ataques, pero para lo que más lo usaremos es para hacer parrys y acercarnos a ellos como si fuéramos el Capitán América. Sincerándome con el lector, quiero decir que, cuando vi el tráiler de presentación, un poco me chocó ver un escudo en un juego que va de pegar tiros y correr como pollo sin cabeza tratando de no morir. Pero, al momento de usarlo, me di cuenta de que era algo que necesitaba y, una vez empezamos a dominarlo, es imposible prescindir del escudo.
Además de tener una justificada actuación, su despliegue en el combate es clave. Con él podremos saltar desde grandes distancias para acercarnos a los demonios, romper las barreras de escudo y hacerlos explotar y, lo más importante, lograr parrys perfectos que debiliten a los enemigos más grandes. Cada vez que logramos acertar una cadena de contraataques podremos realizar daño gratis, dado que los enemigos quedarán stuneados. El escudo también nos servirá para realizar movimientos por los escenarios, así como abrir puertas, cortar cadenas o cargar células de energía con el fin de abrirnos camino por el mapa.

Grande y con más balas que antes
El nuevo diseño de niveles, además de incluir los ya mencionados escenarios de 360°, es mucho más amplio que en las entregas anteriores. Sí, todavía quedan algunas zonas más lineales, pero los capítulos que van por objetivos son llevados adelante en mapas más grandes que nos darán la posibilidad de explorar mucho más. Esto resulta beneficioso, porque la recolección de secretos o mejoras las tendremos que ir a buscar y cada vez será más complejo conseguir los potenciadores que nos otorgan más vida, armadura y munición. Este nuevo Doom nos invita a explorar y los beneficios de hacerlo son reales. Si bien podemos conseguir cosas útiles, también podremos conseguir skins para nuestro slayer y armas.
Como siempre, dispondremos de varias armas en el juego y cada una vendrá con sus respectivas modificaciones y mejoras. De las clásicas, están el arma de plasma, la escopeta, el lanzamisiles y el fusil de asalto. Pero lo más interesante son las nuevas armas, como es el caso del pulverizador, que utiliza cráneos como munición y sirve para despejar en línea horizontal los caminos. No miento si digo que esta arma debe tener una de las mejores animaciones del juego, ver como los cráneos son triturados y se recargan es orgásmico. Otra de las nuevas armas es una especie de bola de cañón atada a una cadena que nos permitirá romper armaduras rápidamente. Y claro, la BFCrossbow.
Si bien todas están a nuestra disposición mientras vayamos adelantando el videojuego, creo que no miento si digo que durante mi partida usé la escopeta de doble cañón y el arma de plasma. Son mucho más eficientes que el resto y su performance es apta para todo los estilos de juego. Las armas se sienten bien al disparar, tienen un buen feedback visual y sonoro. Sentís que estás disparando plomo y sentís como eso explota a los demonios. En Doom, si sumamos las mencionadas con el escudo, podemos convertirnos en una máquina que solo lleva muerte y violencia.
Claramente, nos encontramos ante un videojuego que cambia absolutamente toda su fórmula para ofrecer algo nuevo. El tema con las terceras partes y Doom deberían ser un caso de estudio. Tanto la Doom 3 como The Dark Ages, son el broche de oro con el que se cierra una trilogía de videojuegos increíbles. En el caso de este último lanzamiento, yo debo aplaudir a todo el equipo de Id Software por habernos dado tres juegos sumamente diferentes entre si y que todos sean excelentes obras interactivas. Es más, me animo a decir que la experiencia que nos ofrece cualquier Doom es única y no hay nada en el mercado que se anime a competirle de cara a cara.

Las cosas que no puedo pasar por alto
Doom: The Dark Ages es un magnífico videojuego para desestresar, para bajar un cambio repartiendo amor entre los demonios. Sin embargo, hay algunos detalles que no permiten gozar de una experiencia de diez puntos. Si bien los que mencionaré en adelante pueden ser cosas realmente nimias para el gamer en general, en lo que es Doom, juegan un papel crucial. La música de The Dark Ages se siente casi sin presencia, está ahí, pero tendremos que hacer un esfuerzo grande para escucharla. La salida de Mick Gordon del equipo de Id Software se siente y es triste que, quien nos dio el famoso Rip & Tear, haya sido tan descuidado por Bethesda y que no haya podido lucir su trabajo una vez más.
Decir que Doom: The Dark Ages es un juego que toma riesgos, es dentro de todo, bastante acertado. Un juego que venía de haber tocado el techo y ser para los jugadores como manejar un F-16 y volver a poner al jugador con los pies en la tierra sí o sí sería algo que levantaría los murmurios. Como he dicho a lo largo del análisis, The Dark Ages sabe como devolvernos a una experiencia original. Sin embargo, hay algunas secciones como la del dragón que nos hace pensar que quisieron abarcar mucho y, en algunas partes, se quedaron cortos de ideas. No están mal para frenar un poco el tanque que llevamos en las manos, pero sí suelen ser bastante aburridas por lo simple y monótonas que se vuelven.
Siguiendo por la misma línea debo recordar que este juego tuvo un énfasis en que sería el título más narrativo de la nueva trilogía, pero está muy lejos de ofrecernos una historia de calidad y profunda. Está bien y concuerdo con la idea de que en Doom lo único que importa es ir hacia adelante y escopetear a quien se anime a ponerse delante de nosotros, pero si desde la cabeza detrás del juego destacan que tendrá una historia y será la mejor, como mínimo sería interesante que nos cuenten algo. En este caso, a través de cinemáticas el juego nos irá narrando cosas, pero hay desconexiones y muchos de los eventos que suceden no tiene relación directa entre ellos. Sin lugar a dudas, como jugador, podés ignorarla completamente que no te vas a perder de nada.
Otro detalle que flaquea en este nuevo juego son las ejecuciones. Estuvimos acostumbrados a que, tanto en el reboot de 2016 y en Eternal, cuando un enemigo estaba débil podíamos iniciar una secuencia de ejecución compleja y bastante visual. La variedad de ellas dependía de cada enemigo y la gran mayoría era un festival de tripas. Doom The Dark Ages no tiene esa gran variedad de glory kills y las remplaza por simples golpes potentes que terminan de acabar con el enemigo. Las pocas ejecuciones están reservadas para los enemigos más grandes y dependerá de como nos acerquemos a él para ver una u otra. Entiendo que hacerlas tal cual a los juegos anteriores frenarían el ritmo del gameplay, pero extrañe destripar Imps.
Como último detalle, es necesario mencionar que el juego, de lanzamiento, no trae multijugador o diferentes modos de juego. Si pagamos el precio completo solo tendremos acceso a la campaña. En este caso, me extraña que desde Id Software no hayan agregado algo extra para hacer vale el dinero del usuario. el Doom de 2016 tenía, además de multijugador, un modo para crear escenarios. Eternal también incluía un modo multijugador bastante divertido. Sin embargo, aquí nos encontramos con la nada misma y por 70 dólares es costoso hacer un gasto por algo que, de momento, no ofrece más. Con el buen gameplay que tiene, no haber puesto un modo por oleadas es desaprovechar un núcleo increíble.

Uno de los mejores juegos del año
Doom The Dark Ages es un videojuego que me sumergió nuevamente en el vicio. Las largas sesiones fueron cómodas y entretenidas, más cuando entrabas en sintonía con el juego y dejabas todo a la memoria muscular. En ese sentido, es el juego más cómodo de jugar y con más oportunidades de abordar los combates. Tendrá sus problemas como una música que pasa desapercibida y ciertos aspectos de la narrativa principal que no terminan de encajar con los estándares de la franquicia, pero todo queda en el olvido cuando caemos desde gran altura y vemos como una arena de bellos pastos termina convertida en una pintura de sangre y restos de demonios.
En resumen:
Aspectos positivos:
- Combate
- Gameplay loop
- Escenarios
- Dificultad
- Velocidad
- Diseño de sonido
- Estética y modelados
Aspectos negativos:
- Historia
- Música
- Momentos fuera del gameplay
- Falta de contenido
Nota final: 8,5/10
Con una experiencia y dificultad totalmente amoldable a nuestras expectativas, The Dark Ages logra consagrarse como un juego desafiante, que nos obliga a pensar y a utilizar todo nuestro arsenal para sobrevivir y llegar a la siguiente arena. Dejando de lado ciertos aspectos del juego, es un título que desde VJS Media recomiendo jugar. Si no podés comprarlo, te invitamos a que lo juegues desde Xbox Game Pass. Doom The Dark Ages ya está disponible para Xbox Series X|S, PlayStation y PC.